En Inglaterra, la libertad es una especie de ídolo. Al pueblo se le enseña a amarla y a creer en ella, pero ve muy pocos de sus resultados. El pueblo puede moverse libremente, pero dentro de altas murallas.
Nada perdura, nada es preciso y seguro (...), la perfección es la simple negación de esa inexactitud marginal e ineludible que es la misteriosa e íntima cualidad del Ser.