Pitágoras de Samos
Ver autorDos especies de lágrimas tienen los ojos de la mujer: de verdadero dolor y de despecho.
Pitágoras de Samos
Ver autorNo desprecies a nadie; un átomo hace sombra.
Platón
Ver autorEl cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos los caballos.
Platón
Ver autorCada lágrima enseña a los mortales una verdad.
Platón
Ver autorEl hombre es un auriga que conduce un carro tirado por dos briosos caballos: el placer y el deber. El arte del auriga consiste en templar la fogosidad del corcel negro (placer) y acompasarlo con el blanco (deber) para correr sin perder el equilibrio.
Publio Siro
Ver autorNadie llegó a la cumbre acompañado por el miedo.
Mario Puzo
Ver autorEl tiempo hace estragos en la gratitud, aún más que en la belleza.
Francisco de Quevedo
Ver autorLos que de corazón se quieren sólo con el corazón se hablan.
Francisco de Quevedo
Ver autorLa envidia va tan flaca y amarilla porque muerde y no come.
Francisco de Quevedo
Ver autorEl consejo, bueno es; pero creo que es de las medicinas que menos se gastan y se gustan.
Francisco de Quevedo
Ver autorEl agradecimiento es la parte principal de un hombre de bien.
Francisco de Quevedo
Ver autorEl que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos.