Colección de las mejores frases y citas célebres de los autores más destacados.
Yo creo que la gente, cuando es inteligente y completamente normal, no debe pretender el ser rara y extraña, porque llega al absurdo inventado.
La falsedad y el disimulo son útiles dentro de la vida social. Yo esta condición no la he tenido, y creo que el no tenerla me ha perjudicado más que otra cosa. También me ha perjudicado un poco, al tratar con propios y extraños, el no tener solemnidad.
El niño ríe por alegría; es el primer escalón. El humorismo ríe con tristeza; es el último escalón. Aurora y crepúsculo.
La música es un arte que está fuera de los límites de la razón, lo mismo puede decirse que está por debajo como que se encuentra por encima de ella.
El mundo, para nosotros, es representación, como decía Schopenhauer; no es una realidad absoluta, sino un reflejo de ideas esenciales.
La gente goza de tan poca fantasía que tiene que recoger con ansia unos de otros esos pequeños adornos de la conversación. Son como traperos o colilleros de frases hechas.
Si alguna vez descubre usted alguna ley, sea usted prudente y no trate de aplicarla. Ha descubierto la ley…, es bastante. Porque si esta ley es física y trata de aplicarla en una máquina, tropezará con la materia bruta; y si es una ley social, tropezará con la brutalidad de los hombres.
Realmente, no sé si con justicia o no, a mí no me admira el ingenio, porque se ve que hay muchos hombres ingeniosos en el mundo. Tampoco me asombra que haya gente con memoria, por grande y portentosa que sea, ni que haya calculadores; lo que más me asombra es la bondad, y esto lo digo sin el menor asomo de hipocresía.
Mucha gente piensa, o por lo menos siente, que el que no tiene sus hábitos y sus entusiasmos es un enemigo. A mí me parece lógica la intransigencia tratándose de ideas esenciales.
La claridad en la ciencia es necesaria; pero en la literatura, no. Ver con claridad es filosofía. Ver claro en el misterio es literatura. Eso hicieron Shakespeare, Cervantes, Dickens, Dostoiewski...
La ley es inexorable, como los perros: no ladra más que al que va mal vestido.
La muerte es alguien que se retira de sí mismo y vuelve a nosotros. No hay más muertos que los llevados por los vivos.