El principio más profundo del carácter humano es el anhelo de ser apreciado.
Cuando debemos hacer una elección y no la hacemos, esto ya es una elección.
No hay mayor mentira que la verdad mal entendida.
El arte de ser sabio consiste en saber a que se le puede hacer la vista gorda.
La prueba de toda verdad reside, sencillamente, en su eficacia.
Todos nuestros ideales científicos y filosóficos son altares a los dioses desconocidos.