Nadie se da la muerte en un exceso de razón.
El secreto de aburrir a la gente consiste en decirlo todo.
La democracia sólo parece adecuada para un país muy pequeño.
El hombre actual ha nacido o bien para vivir entre las convulsiones de la inquietud, o bien en el letargo del aburrimiento.
Sólo es posible afirmar en geometría.
Conviene siempre esforzarse más en ser interesante que exacto; porque el espectador lo perdona todo menos el sopor.
El divorcio probablemente se remonta a la misma época que el matrimonio. Yo creo, sin embargo, que el matrimonio es algunas semanas más antiguo.
La naturaleza vuelve a los hombres elocuentes en las grandes pasiones y en los grandes intereses.
La pasión de dominar es la más terrible de todas las enfermedades del espíritu humano.
Las falsedades no sólo se oponen a la verdad, sino que a menudo se contradicen entre sí.