Ningún favor produce una gratitud menos permanente que el don de la libertad, especialmente entre aquellos pueblos que están dispuestos a hacer mal uso de ella.
Cuando la situación es adversa y la esperanza poca, las determinaciones drásticas son las más seguras.
Olvidemos lo que ya sucedió, pues puede lamentarse, pero no rehacerse.
La verdad puede eclipsarse pero no extinguirse.