Nada torna a la gente más desnaturalizada e insubordinada que una larga y constante ociosidad.
El amor es como el vino, y como el vino también, a unos reconforta y a otros destroza.
Toda ciencia viene del dolor. El dolor busca siempre la causa de las cosas, mientras que el bienestar se inclina a estar quieto y a no volver la mirada atrás.
La vejez no significa nada más que dejar de sufrir por el pasado.
En algunas ocasiones no es nada más que una puerta muy delgada lo que separa a los niños de lo que nosotros llamamos mundo real, y un poco de viento puede abrirla.
La medida más segura de toda fuerza es la resistencia que vence.
Primera muestra de una auténtica vocación política lo es, en todo tiempo, que un hombre renuncie desde el principio a exigir aquello que es inalcanzable para él.
No es hasta que nos damos cuenta de que significamos algo para los demás que no sentimos que hay un objetivo o propósito en nuestra existencia.
Ninguna culpa se olvida mientras la conciencia lo recuerde.
Sólo a aquellos que el destino ha golpeado, [...] se les puede ayudar verdaderamente con el amor. Sólo ellos saben amar y ser amados como se debe amar: con gratitud y humildad.