¿Por qué he de preocuparme? No es asunto mío pensar en mi. Asunto mío es pensar en Dios. Es cosa de Dios pensar en mi.
Para que tu mano derecha ignore lo que hace la izquierda, habrá que esconderla de la conciencia.
Cuando una contradicción es imposible de resolver salvo por una mentira, entonces sabemos que se trata de una puerta.
Al luchar contra la angustia uno nunca produce serenidad; la lucha contra la angustia sólo produce nuevas formas de angustia.
Todos los dolores que nos alejan son dolores perdidos.
Matar con el pensamiento todo cuanto se ama: única manera de morir.
El amor no es consuelo. Es luz.