En la felicidad de los demás, yo busco mi felicidad.
Hay que tener buena memoria después de haber mentido.
El mentiroso siempre es pródigo en juramentos.
Quien todo lo puede ha de temerlo todo.
Aunque apenas pueda resistir mis males, prefiero padecerlos a merecerlos.
El que no teme a la muerte, no teme a las amenazas.
Hablando de nuestras desgracias las aliviamos.
Cumplid vuestro deber y dejad obrar a los dioses.
Si te quejas de que te traiciono, búscame enemigos a los que pueda odiar.
Sin riesgos en la lucha, no hay gloria en la victoria.