La última voz audible antes de la explosión del mundo será la de un experto que diga: es técnicamente imposible.
Para llegar a la verdad, el alemán suma, el francés resta, y el inglés cambia de tema.
Al progreso no hay quien lo pare. Dios creó el mundo en seis días. ¿Y que tenemos hoy? La semana de cinco días.
Puesto que estamos destinados a vivir nuestras vidas en la prisión de nuestra mente, al menos amueblémosla bien.