Es necesario asemejarse un poco para comprenderse; pero hay que ser un poco diferentes para amarse.
Si tú me amaras y yo te amase, ¡cómo nos amaríamos!.
El más difícil no es el primer beso sino el último.
El más bello instante del amor, el único que verdaderamente nos embriaga, es este preludio: el beso.
El beso es la válvula de escape de la honestidad.
Seducimos valiéndonos de mentiras y pretendemos ser amados por nosotros mismos.
Llegará un día que nuestros recuerdos serán nuestra riqueza.
En el amor no hay crímenes ni delitos, sólo falta de buen gusto.