El enemigo del arte es la ausencia de limitaciones.
Cuando se viaja en avión solamente existen dos clases de emociones: el aburrimiento y el terror.
Lo peor es cuando has terminado un capítulo y la máquina de escribir no aplaude.
La falsedad es tan antigua como el árbol del Edén.
Muchas personas son demasiado educadas para hablar con la boca llena, pero no les importa hacerlo con la cabeza hueca.