La sabiduría es una tranquilidad del alma que por nada puede ser turbada y que ningún deseo inflama.
Un necio encuentra siempre otro necio aún mayor que le admira.
Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volvedla a pulir.
Lo verdadero puede a veces no ser verosímil.
Haceos con amigos dispuestos a censuraros.
Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados, sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.
La ignorancia siempre está dispuesta a admirarse.
El más sabio es quien siéndolo ignora que lo es.
El honor es una isla escarpada y sin riberas: El que ha caido de ella, no puede volver a subir.
Antes que escribir, aprended a pensar.
A menudo el temor de un mal nos lleva a caer en otro peor.