El envidioso puede morir, pero la envidia nunca.
Somos fácilmente engañados por aquellos a quienes amamos.
Si esta es vuestra forma de amar, os ruego que me odiéis.
Todos los vicios, con tal de que estén de moda, pasan por virtudes.
Cuanto más amamos a alguien menos conviene halagarle.
Un amante apasionado ama hasta los defectos de la persona a quien ama.
Cuando se quiere dar amor, hay un riesgo: el de recibirlo.
Esforcémonos en vivir con decencia y dejemos a los murmuradores que digan lo que les plazca.