La persona que pierde su intimidad lo pierde todo. Y la persona que se priva de ella voluntariamente, es un monstruo.
El hombre desdichado busca un consuelo en la amalgama de su pena con la pena de otro.
La cultura es la memoria del pueblo, la conciencia colectiva de la continuidad histórica, el modo de pensar y de vivir.
El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien, sino en el deseo de dormir junto a alguien.
La borró de la fotografía de su vida no porque no la hubiese amado, sino, precisamente, porque la quiso.
La lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido.
Allí donde habla el corazón, es de mala educación que la razón lo contradiga.
Nunca sabremos por qué irritamos a la gente, qué es lo que nos hace simpáticos, qué es lo que nos hace ridículos; nuestra propia imagen es nuestro mayor misterio.
Huiremos del descanso, huiremos del sueño, tomaremos a toda velocidad el alba y la primavera y prepararemos días y estaciones a la medida de nuestros sueños.
Es posible que no seamos capaces de amar precisamente porque deseamos ser amados, porque queremos que el otro nos dé algo (amor), en lugar de aproximarnos a él sin exigencias y querer sólo su mera presencia.