Donde una puerta se cierra, otra se abre.
La abundancia de las cosas, aunque no sean buenas, hacen que no se estimen, y la carestía, aun de las malas, se estima en algo.
No desees y serás el hombre más rico del mundo.
El agradecimiento que sólo consiste en el deseo es cosa muerta, como es muerta la fe sin obras.
Ninguna ciencia, en cuanto a ciencia, engaña; el engaño está en quien no la sabe.
No hay cosa más excusada y aun perdida que el contar el miserable sus desdichas a quien tiene el pecho colmado de contentos.
Sobre el cimiento de la necedad, no asienta ningún discreto oficio.
Un buen arrepentimiento es la mejor medicina que tienen las enfermedades del alma.