No hay cosa de la que tenga tanto miedo como del miedo.
La cobardía es la madre de la crueldad.
A nadie le va mal durante mucho tiempo sin que él mismo tenga la culpa.
Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis.
El que, estando enfadado, impone un castigo, no corrige, sino que se venga.
Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron.
Rechazo toda violencia en la educación de un alma tierna que se adiestra para el honor y la libertad.
Cuando me llevan la contraria, despiertan mi atención, no mi cólera; me ofrezco a quien me contradice, que me instruye. La causa de la verdad debería ser la causa común de uno y otro.
El ejercicio más fructífero y natural de nuestro espíritu es, a mi juicio, la conversación. Encuentro su práctica más dulce que cualquier otra actividad de nuestra vida.