No hay cosa de la que tenga tanto miedo como del miedo.
Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis.
El que no esté seguro de su memoria debe abstenerse de mentir.
A quienes me preguntan la razón de mis viajes les contesto que sé bien de qué huyo pero ignoro lo que busco.
La principal ocupación de mi vida consiste en pasarla lo mejor posible.
La palabra es mitad de quien la pronuncia, mitad de quien la escucha.
El signo más cierto de la sabiduría es la serenidad constante.
Yo no me encuentro a mí mismo cuando más me busco. Me encuentro por sorpresa cuando menos lo espero.
La prueba más clara de la sabiduría es una alegría continua.
La cobardía es la madre de la crueldad.
La conciencia hace que nos descubramos, que nos denunciemos o nos acusemos a nosotros mismos, y a falta de testigos declara contra nosotros.
El mejor matrimonio sería aquel que reuniese a una mujer ciega con un marido sordo.