Apenas son suficientes mil años para formar un Estado; pero puede bastar una hora para reducirlo a polvo.
El matrimonio es al amor lo que el vinagre al vino. El tiempo hace que pierda su primer sabor.
Cuando la edad enfría la sangre y los placeres son cosa del pasado, el recuerdo más querido sigue siendo el último, y nuestra evocación más dulce, la del primer beso.
Ciertamente, es agradable ver estampado el propio nombre; un libro es siempre un libro, aunque no contenga nada.
El amor encontrará su camino, incluso a través de lugares donde ni los lobos se atreverían a entrar.
Es fácil morir por una mujer; lo difícil es vivir con ella.
La experiencia es el primero de los filósofos, pero el más doloroso cuando hemos llegado a conocer bien su ciencia.
El mismo placer es un moralista mucho más severo que toda la sabiduría de los sabios.
El odio es la demencia del corazón.