La muerte abre la puerta de la fama y cierra tras de sí la de la envidia.
Solamente aquellos espíritus verdaderamente valerosos saben la manera de perdonar. Un ser vil no perdona nunca porque no está en su naturaleza.
Esto se llama perseverancia en una buena causa y obstinación en una mala.
La ciencia se puede aprender de memoria, pero la sabiduría no.
La temeridad cambia de nombre cuando obtiene éxito. Entonces se llama heroísmo.