No hace falta defender siempre la misma opinión porque nadie puede impedir volverse más sabio.
La suerte es una flecha lanzada que hace blanco en el que menos la espera.
Vivimos bajo el mismo techo, pero ninguno tenemos el mismo horizonte.
Hay algo que Dios ha hecho mal. A todo le puso límites menos a la tontería.
En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno.
Todos los órganos humanos se cansan alguna vez, salvo la lengua.
Hay que tomar a las personas como son, no existen otras.