Enfrentarse, siempre enfrentarse, es el modo de resolver el problema. ¡Enfrentarse a él!.
No me gusta el trabajo, a nadie le gusta; pero me gusta que, en el trabajo, tenga la ocasión de descubrirme a mí mismo.
El valor de una frase está en la personalidad de quien la dice, porque nada nuevo puede ser dicho por un hombre o una mujer.
Toda época se nutre de ilusiones, si no, los hombres renunciarían pronto a la vida y ése sería el final del género humano.
Toda idealización empobrece la vida. Embellecerla es quitarle su carácter de complejidad, es destruirla.
¡Ay de aquel cuyo corazón no ha aprendido mientras era joven a esperar, amar y poner su confianza en la vida!
El autor sólo escribe la mitad del libro. De la otra mitad debe ocuparse el lector.