Los bárbaros que todo lo confían a la fuerza y a la violencia, nada construyen, porque sus simientes son de odio.
La gratitud, como ciertas flores, no se da en la altura y mejor reverdece en la tierra buena de los humildes.
La única fuerza y la única verdad que hay en esta vida es el amor. El patriotismo no es más que amor, la amistad no es más que amor.
Hay un solo niño bello en el mundo y cada madre lo tiene.
La libertad es el derecho que tienen las personas de actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía.
Vale más un minuto de pie que una vida de rodillas.
La libertad no puede ser fecunda para los pueblos que tienen la frente manchada de sangre.
Para ir delante de los demás, se necesita ver más que ellos.
También a un gran hombre lo puede exasperar una miserable mosca.
Las verdades elementales caben en el ala de un colibrí.
Los niños son la esperanza del mundo.