Educar a un niño no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía.
La calidad nunca es un accidente; siempre es el resultado de un esfuerzo de la inteligencia.
La grandeza no se enseña ni se adquiere: es la expresión del espíritu de un hombre hecho por Dios.
El que tiene la verdad en el corazón no debe temer jamás que a su lengua le falte fuerza de persuasión.
Da un poco de amor a un niño y ganarás un corazón.
El mayor artista es aquel que en la suma de sus obras ha incorporado el mayor número de sus mejores ideas.
Un buen libro no sólo se escribe para multiplicar y transmitir la voz, sino también para perpetuarla.
Todos los libros pueden dividirse en dos clases: libros del momento y libros de todo momento.