El hombre no revela mejor su propio carácter que cuando describe el carácter de otro.
La memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados.
El recuerdo es el único paraíso del cual no podemos ser expulsados.
Para que el sueño, la riqueza y la salud se disfruten de verdad, es necesario interrumpirlos.
Después del poder, nada hay tan excelso como el saber tener dominio de su uso.
El arte verdaderamente no es el pan, pero sí el vino de la vida.
Los sufrimientos son como nubes pasajeras: que de lejos nos parecen negras y de cerca apenas son grises.