La melancolía es la tristeza que ha adquirido ligereza.
Toda historia no es otra cosa que una infinita catástrofe de la cual intentamos salir lo mejor posible.
Al llegar a cada nueva ciudad el viajero encuentra un pasado suyo que ya no sabía que tenía: la extrañeza de lo que no eres o no posees más te espera al paso en los lugares extraños y no poseídos.
Las ciudades, como los sueños, están construidas de deseos y de miedos, aunque el hilo de su discurso sea secreto, sus reglas absurdas, sus perspectivas engañosas, y toda cosa esconda otra.
El lugar ideal para mí es aquél en que es más natural vivir como extranjero.
Cada elección tiene su anverso, es decir, una renuncia, por lo que no hay diferencia entre el acto de elegir y el acto de renunciar.
Leer es encontrar algo que va a existir.
Los futuros no realizados son solo ramas del pasado: ramas secas.
El arte de escribir historias está en saber sacar de lo poco que se ha comprendido de la vida, todo lo demás.
¡Si levantas un muro, piensa en lo que queda fuera!