¡Qué cosa tan extraña es la felicidad! Nadie sabe por dónde ni cómo ni cuándo llega, y llega por caminos invisibles, a veces cuando ya no se le aguarda.
Pueden prohibirme seguir mi camino, pueden intentar forzar mi voluntad. Pero no pueden impedirme que, en el fondo de mi alma, elija a una o a otra.
¿Cuál es el primer deber del hombre? La respuesta es muy breve: ser uno mismo.
Nuestra sociedad es masculina, y hasta que no entre en ella la mujer no será humana.
No se graban tanto mil palabras como un solo hecho.
Nunca lleves tus mejores pantalones cuando salgas a luchar por la paz y la libertad.
La mayoría nunca tiene razón.
Las verdaderas columnas de la sociedad son la verdad y la libertad.