Nada es tan indecente que no se pueda decir a otra persona si se usan las palabras adecuadas para transmitirlo.
Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada.
Meter mucho ruido a propósito de una ofensa recibida no disminuye el dolor, sino que acrecienta la vergüenza.
Boca besada no pierde fortuna, es más renueva como la luna.
Haz lo que decimos y no hagas lo que hacemos.