Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez.
La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado.
El problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno.
Hay que ser infiel, pero nunca desleal.
Ningún lugar en la vida es más triste que una cama vacía.
La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener.
El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.
Lo más importante que aprendí a hacer después de los cuarenta años fue a decir no cuando es no.