No honres con tu odio a quien no podrías honrar con tu amor.
Hay mucha gente que no cree en nada, pero que tiene miedo de todo.
Cualquier cosa que el hombre gane debe pagarla cara, aunque no sea más que con el miedo de perderla.
Nuestras virtudes son, a menudo, hijas bastardas de nuestros vicios.
Creer posible algo es hacerlo cierto.
Los ojos son el punto donde se mezclan alma y cuerpo.
A menudo se echa en cara a la juventud el creer que el mundo comienza con ella. Cierto, pero la vejez cree aún más a menudo que el mundo acaba con ella. ¿Qué es peor?
Un prisionero es un predicador de libertad.
El asunto es el problema; la forma, la solución.