Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo.
Sentir y pensar, considerándolo bien, son como el ciego que guía al cojo.
Hay un remedio para las culpas, reconocerlas.
De todas las virtudes, la más difícil y rara es la justicia. Por cada justo se encuentran diez generosos.
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