El amigo ha de ser como la sangre, que acude luego a la herida sin esperar a que le llamen.
Las palabras son como monedas, que una vale por muchas como muchas no valen por una.
El ánimo que piensa en lo que puede temer, empieza a temer en lo que puede pensar.
Aquel hombre que pierde la honra por el negocio, pierde el negocio y la honra.
No es sabio el que sabe donde está el tesoro, sino el que trabaja y lo saca.
Ruin arquitecto es la soberbia; los cimientos pone en lo alto y las tejas en los cimientos.
Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los que no lo parecen.