El hombre que se miente a sí mismo y escucha su propia mentira llega a un punto en que no puede distinguir la verdad dentro de él y por tanto pierde todo respeto por sí mismo y por los demás.
Creo en la vida eterna en este mundo, hay momentos en que el tiempo se detiene de repente para dar lugar a la eternidad.
El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después de un gran dolor.
Hermanos, no temáis al pecado de los hombres; amad al hombre aún en su pecado, pues un tal amor aseméjase a Dios.
El hombre se complace en enumerar sus pesares, pero no enumera sus alegrías.
El secreto de la existencia no consiste solamente en vivir, sino en saber para qué se vive.
Es al separarse cuando se siente y se comprende la fuerza con que se ama.
Después de un fracaso, los planes mejor elaborados parecen absurdos.