La libertad de la fantasía no es ninguna huida a la irrealidad; es creación y osadía.
El hecho de ser habitados por una nostalgia incomprensible sería, al fin y al cabo, el indicio de que hay un más allá.
El arte es inútil, pero el hombre es incapaz de prescindir de lo inútil.
Pensar contra la corriente del tiempo es heroico; decirlo, una locura.
Describe un círculo, después acarícialo y se convertirá en un circulo vicioso.
Nadie es dueño de la multitud aunque crea tenerla dominada.
Si es absolutamente necesario que el arte o el teatro sirvan para algo, será para enseñar a la gente que hay actividades que no sirven para nada y que es indispensable que las haya.
Sólo valen las palabras. El resto es charlatanería.
Las ideologías nos separan, los sueños y la angustía nos unen.
¡Oh, palabras, cuántos crímenes se cometen en vuestro nombre!