El miedo es la forma de nuestra subordinación a las leyes físicas.
Al amor no se le dictan leyes.
El verdadero amor, el sólido y durable, nace del trato; lo demás es invención de los poetas, de los músicos y demás gente holgazana.
Asusta pensar que acaso las admiraciones más sinceras que tenemos son las de las personas que no nos han comprendido.
Dichoso el que gusta las dulzuras del trabajo sin ser su esclavo.
El mal, en cualquier forma que tome dentro de lo humano, no tiene significación alguna para una alma fuerte, aplomada y segura de sí misma.
La experiencia es una llama que no alumbra sino quemando.
¿No es triste considerar que sólo la desgracia hace a los hombres hermanos?