Escribir para mí no es una profesión, ni siquiera una vocación. Es una manera de estar en el mundo.
La palabra es el arma de los humanos para aproximarse unos a otros.
La ilusión por la vida nos hace soportar la proximidad de la muerte.
La palabra es lo más bello que se ha creado, es lo más importante de todo lo que tenemos los seres humanos. La palabra es lo que nos salva.
A veces la infancia es más larga que la vida.
Siempre he creído, y sigo creyendo, que la imaginación y la fantasía son muy importantes puesto que forman parte indisoluble de la realidad de nuestra vida.
Escribir es siempre protestar, aunque sea de uno mismo.