Edmund Burke fue un político y escritor irlandés nacido el 12 de enero de 1729 en Dublín, Irlanda.
Leer biografíaPara que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada.
El que lucha contra nosotros nos refuerza los nervios y perfecciona nuestra habilidad.
El pueblo no renuncia nunca a sus libertades sino bajo el engaño de una ilusión.
Nunca puedes planear el futuro a través del pasado.
Agradar cuando se recaudan impuestos y ser sabio cuando se ama son virtudes que no han sido concedidas a los hombres.
Ningún grupo puede actuar con eficacia si falta el concierto; ningún grupo puede actuar en concierto si falta la confianza; ningún grupo puede actuar con confianza si no se halla ligado por opiniones comunes, afectos comunes, intereses comunes.
La superstición es la religión de las mentes débiles.
Hay un límite en que la tolerancia deja de ser virtud.
La tiranía de una multitud es una tiranía multiplicada.
La sociedad humana constituye una asociación de las ciencias, las artes, las virtudes y las perfecciones. Como los fines de la misma no pueden ser alcanzados en muchas generaciones, en esta asociación participan no sólo los vivos, sino también los que han muerto y los que están por nacer.
Las personas que nunca se preocupan por sus antepasados jamás mirarán hacia la posteridad.
La libertad abstracta, al igual que otras simples abstracciones, no puede ser encontrada.